Esta es una pequeña historia de mi encuentro con las cartas y todo lo que sin duda me ha traído hasta este preciso momento. Antes de que las cartas llegaran a mi vida pensaba que todo esto no eran más que mentiras. Recuerdo que mi padre a quien adoro con todo el corazón y precisamente ya no se encuentra más en este plano, leía las cartas para sus amigos y conocidos de manera lúdica como si se tratara de un juego.

Siempre que lo veía el misterio me invadía como si ya hubiese estado en su lugar, como si las cartas formarán parte de mi pero yo era quien todo el tiempo hacía énfasis en rechazar el llamado. En este momento, más que nunca se que a pesar de que gran parte del porvenir son tendencias que luego se materializan o no, sin duda, hay muchas situaciones, personas y lugares a los que simplemente como si fuera una fuerza indetenible estamos destinados.

Y en mi caso esa es mi historia con las cartas, todos los acontecimientos de mi vida me guiaron hasta aquí, es duro admitirlo porque muchas veces, muchos de estos sucesos fueron tormentosos. Recuerdo que luego de cumplir los 17 años tuve mi primer acercamiento a las cartas, una época en la que atravesaba una experiencia dura en mi vida que me enseñó mucho sobre la necesidad de encontrar tu camino, de cuestionar a tu entorno y atreverte a marcar la diferencia. Se oye muy fácil cuando se lee todo luego de que han pasado tantos años y ya se han superado tantas cosas. Pero sin duda si en esa época hubiera tenido conocimiento de las cartas tal vez habría huido de mi realidad como mucha gente lo ha hecho en su momento, y mi historia sería muy diferente.

Lo anterior demuestra, que hay veces que no estás preparado para escuchar el mensaje del oráculo y lo mejor es simplemente ignorar para poder atravesar las duras situaciones con esperanza. Actualmente la rueda de la fortuna ha girado nuevamente y me lleva a un camino totalmente diferente al que alguna vez imagine. Mucho ha cambiado desde entonces y tengo ante mí una serie de situaciones increíbles que nunca imaginé. Mi nombre Nereida, es el mismo nombre que le puse a mi primera baraja de Tarot, una que me regaló mi padre esperando que cambiara un poco mi perspectiva y me atreviera un poco a creer en la magia. Un objetivo que logró.

Desde el principio, dudé mucho y siempre pensé que todo era falso pero la vida nuevamente me hizo ver que la magia existía y que lo que hacía era solo ignorar. Me vi ante una cantidad de sucesos que no podían ser explicados sólo con la casualidad, eran demasiado específicos, demasiado mágicos para ser solo eso. Sin embargo, no hay que creer que todo es tan fácil como “desea y se te otorgará”. No existen las hadas madrinas en la realidad y lo que vivimos no se basa en solo desear sin hacer nada. Para que los deseos se cumplan, la magia debe encontrarte trabajando, materializando tus deseos.

Por ello, nadie sabe exactamente cómo funciona el Tarot, hay muchas teorías al respecto. Pero lo que sí sabemos todos los que nos dedicamos a este arte ancestral es que funciona, el ser humano puede desarrollar su clarividencia usando las cartas como herramienta. Por esa razón, no son las cartas las que tienen el poder, eres tú quien siempre ha tenido el poder solo necesitas de un medio que te permita hacerlo fluir.